Kusen de Étienne Zeisler sobre el "Tenzo Kyokun" del Maestro Dogen [33/..]

 KUSEN

 (enseñanza oral durante zazen)

"TENZO KYOKUN"

del

Maestro DOGEN

Comentarios de Ètienne Zeisler 

 [33/..]  

Martes 6 de enero 1987. (07:30 h)   

Retomo el último párrafo del Tenzo Kyokun.

“Alegraros de haber nacido en un mundo donde tenéis capacidad para utilizar libremente vuestro cuerpo para ofrecer la comida a los tres tesoros.: Buda, el Dharma y la sangha. Tenemos aquí una ocasión maravillosa si consideramos las innumerables posibilidades de un universo infinito. Los méritos del tenzo no decrecerán jamás. Mi deseo más sincero es que podáis agotar la fuerza y los esfuerzos de todas vuestras vidas: presente, pasado y futuro, cada día y en cada instante de vuestra práctica de tenzo, de tal manera que creéis una conexión indestructible con el Dharma de Buda. Considerar cada cosa de esta forma, es kishin, es espíritu feliz”.

En nuestra vida y en nuestra práctica, tenemos una conexión maravillosa, una suerte, una oportunidad, un momento que tomar, justo y exacto, como el momento en que el arquero dispara la flecha que parte de la buena dirección hacia el centro de la diana. Este momento es ki, oportunidad. O como la gallina que incuba sus huevos, en el momento en que el pollo va a nacer, golpea con su pico la cáscara, y en el huevo el pollo hace lo mismo con su pequeño pico. Este momento es ki, la oportunidad, el momento justo. Y nuestro ego, no puede coger ese momento. La interdependencia es importante. Este momento es único en las infinitas posibilidades. Cada persona es diferente. Cada cual tiene una vida, un karma diferente. Hay grandes, pequeños, inteligentes, tontos. Durante zazen nadie tiene los mismos pensamientos. Incluso las ideas sobre Dios o el satori, son diferentes para cada uno.

Sensei decía frecuentemente: “Incluso el hombre y la mujer en la misma cama no tienen los mismos sueños”. Dogen dice: “Considerad las innumerables posibilidades de un universo”. Si yo hubiese nacido rico… si estuviera lleno de energía… Pero mi cuerpo está tenso incluso en zazen, mi postura no es bonita” “Si hubiese conocido a Buda Shakyamuni, o al Maestro Dogen, o a Kodo Sawaki”. Para los debutantes: Taisen Deshimaru. “En esa época existía el verdadero Zen. Ahora tengo solamente dolor de espalda”.

Debemos encontrar ki, el momento justo, la oportunidad. En este momento, la interdependencia es importante. La interdependencia entre uno mismo y la Via. Si situáis este momento en el tiempo, os equivocareis siempre. El Zen debe ser vivo, fresco. Es una historia intemporal e instantánea; no tiene prólogo, no tiene epílogo. No hay distancia entre nosotros, el ego, y la Via. Es el silencio completo, el verdadero zazen. Si no se sigue más que el mundo de los fenómenos, que el mundo de las causas y los efectos, nos engañamos a nosotros mismos, nos embaucamos, no seguimos más que los “ismos” y las categorías. Por ejemplo, en el Sutra, se dice que cuando un mono normal llega a una reunión de cincuenta monos tuertos, es golpeado. En un grupo de ladrones, el que roba más será el más apreciado. En un grupo de borrachos, el que bebe más es el más estimado. En la sociedad, el más rico es el más fuerte.

Los seres humanos corren siempre detrás de la felicidad. Algunos vienen incluso a la Gendronnière y se concentran minuciosamente en evitar zazen, en evitar el samu, en evitar las conferencias, en llegar a la comida después de los sutras. Incluso si se les dice “No hay que hacer esto o lo otro”, es imposible. Es como un muchacho que ama a una chica, incluso si se le dice que debe dejar de amarla, será imposible. Así el ki, el momento, es muy importante, La interdependencia entre nosotros mismos, nuestra vida complicada es la Via. Si esto se puede agarrar, comprender, la verdadera libertad, la revolución interior, vendrá de nosotros mismos, de lo más hondo de nuestro espíritu y del verdadero tesoro que es nuestra práctica. Entre las innumerables posibilidades de un universo infinito y sin tiempo.

Es inútil echar de menos a Dogen, Kodo Sawaki, Taisen Deshimaru. Si se sigue el mundo de las causas y los efectos, se pierde la propia naturaleza, todo se vuelve vacío. Pero si se puede aceptar este vacío, se encuentra instantáneamente la paz y la libertad. Poca gente comprende esto. Siempre corren tras cualquier cosa. Están siempre huyendo de cualquier cosa, ruidosamente, alborotando. Toda su vida corretean, se esfuerzan, sufren. El Maestro Kodo Sawaki decía: “Si giráis los botones de las manecillas de un despertador en el sentido de las agujas del reloj, el timbre sonará exactamente. Si las giráis en sentido contrario, no pasará nada ni en un millón de años”.

Debemos dirigir nuestra vida hacia la dimensión más elevada. Poner todas nuestras fuerzas y nuestros esfuerzos, cada día, cada instante, cada momento, en realizar los méritos del tenzo. “Estos méritos, dice Dogen, no decrecerán jamás”. No serán jamás derribados, jamás caerán en decadencia. Al final, todo desaparecerá…..las civilizaciones, los seres humanos. Incluso las pirámides desaparecerán. Pero los méritos del tenzo no decrecerán jamás. Dicho de otra forma, en nuestra vida se puede perder o ganar; pero en lo que respecta a nuestra vida real, no podemos ser vencidos. En términos de vida real, es imposible.

Los que fijan su sitio en este mundo sobre el zafu pueden encontrar la alegría más grande y el logro más alto. Entre los millares de mundos, solo zazen es el verdadero éxito.

El Maestro Daichi, escribió este poema:

Sobre un zafu,

 entre la infinidad de mundos

 se ven millares de divergencias

 y millares de convergencias.

 Durante zazen, se está sentado completamente solo, sin compañero, ni subjetivo ni objetivo. El cuerpo y el espíritu son desechados, derribados. Este zazen de ahí llena el universo entero y fuera de él no existe nada, ni bien, ni mal, ni infierno ni paraíso, ni victoria ni derrota. Sobre un zafu está incluido todo.

¿Cual es la naturaleza de Buda? ¿Qué es bussho? Una cosa inexpresable que está claramente presente.

 Continuará... 

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