Kusen de Étienne Zeisler sobre el "Tenzo Kyokun" del Maestro Dogen [12/..]

KUSEN

 (enseñanza oral durante zazen)

"TENZO KYOKUN"

del

Maestro DOGEN

Comentarios de Ètienne Zeisler


 [12/..] 

3 de agosto 1986 (10:30 h) 

Después de haber acabado de preparar la comida, lavaros cuidadosamente y ordenad cada cosa en su lugar. Al sonido del tambor, al sonido de la campana, por la mañana y por la tarde, guardaros de no faltar jamás al zazen, ni de ir a ver al maestro para recibir su enseñanza. Cuando entréis en vuestra habitación, cerrad los ojos, y contad el número de personas que hay en el So-Do (Sala de práctica), no olvidéis ni a los viejos monjes ni a los monjes recluidos, añadir a los que viven en las habitaciones particulares.Tened en cuenta a los que están sufriendo. Añadid a los monjes que están a punto de partir y a los que acaban de llegar. Tened en cuenta también a los que no pertenecen completamente a la comunidad.

Los que viven en el anexo del templo, deben ser igualmente contabilizados. Si existe la menor duda, verificad con los responsables el número de personas que viven en esos edificios. Cuando conozcáis el número exacto, calculad la cantidad de comida que se ha de preparar.

Para cada grano de arroz que deba ser consumido, dad un grano. Dividiendo un grano el resultado serán dos medios granos, puede ser tres o cuatro. Por otro lado, un grano puede ser igual aun medio grano o puede ser igual a dos medios granos. Además, dos medios granos pueden ser contabilizados como un grano entero.

Debéis ser capaces de ver claramente el excedente que tendréis si añadís una medida de arroz, y también la cantidad exacta si sacáis una unidad”.

En otro tiempo, en los templos, los monjes vivían en el So-do (el dojo tradicional). Los que han estado en el Japón han podido visitar este edificio. Hay un estrado sobre el cual el lugar de cada monje está marcado por un tatami de unos dos metros cuadrados. Sobre este espacio, el monje hace zazen, come y duerme. Toda su vida se desarrolla sobre este minúsculo espacio. Toda la vida de un ser humano se desarrolla en este mínimo espacio. Toda la vida de un ser humano se desarrolla en el espacio minúsculo de su cuerpo y su espíritu, pero este espacio es también el lugar de la práctica de la Vía, de la práctica de zazen.

En el So-do, se puede despertar a través del cuerpo y del espíritu. La postura es muy importante: zazen y kinhin influencian nuestro espíritu, influencian nuestra vida cotidiana. El So-do, incluso si es pequeño, es el centro del universo entero. El tenzo no debe olvidar, ni a los viejos monjes, ni a los que están enfermos, ni a los que habitan en los dormitorios comunes.

Zazen incluye todos los fenómenos.

En otro tiempo los templos eran muy grandes, vivían mil o dos mil personas. Había edificios principales, los anexos…etc. Generalmente los templos se situaban sobre una montaña y se extendían hasta su falda. Contar a todo el mundo, saber exactamente el número de personas, no era fácil. Hay que dar de comer a todas las personas que buscan la Vía. Sin dudad, cada uno tiene su propio karma; los viejos, los enfermos, los debutantes, los antiguos. Para el tenzo cada uno es idéntico.

Por un lado, el tenzo no debe desperdiciar la comida. Debe considerar los bienes del templo como sus propios globos oculares. Para cada grano de arroz que deba ser consumido, debe proveer un grano. Además, debe conocer el apetito de cada uno, tener en cuanta el tiempo, si hace calor se come menos, si hace frio, la comida debe ser más abundante. El tenzo no debe pensar únicamente con el sentido común. Una persona come 100 gramos, pues mil personas comerán mil veces más. Debe calcular precisamente, teniendo en cuenta las estaciones y todas las circunstancias. Si hay pasta para la sopa, hay que hacer menos. La cantidad varía cada día. Así, al atardecer, cerrando los ojos, el tenzo debe reflexionar, un grano no hace forzosamente dos medios granos, sino que algunas veces hace tres o cuatro. Es necesario tener en cuenta el excedente y lo que se necesita.

Sensei decía a menudo: “En vuestra vida debéis cesar de calcular, de contar. La gente siempre calcula: Si hago esto, tendré un provecho, si le hago un regalo, seguramente tendré un regalo más grande como contrapartida, si juego a la loto, quizás gane mucho, si hago este trabajo podré ganar mucho dinero, si hago zazen podré tener el satori” Pero los cálculos del tenzo son cálculos vivos, no cálculos oscuros, muertos. 

Todo el mundo es arrastrado por el viento del karma. Los seres humanos son marionetas. Para el tenzo, el resultado de los cálculos es inmediato. No hay diferencia, no hay separación entre el cálculo, la acción, y el resultado. La gente que no practica zazen no puede comprender. Un grano es igual a tres medios granos. Dos medios granos igualan a un grano. Si practicáis zazen, podréis comprender esto profundamente. 

A partir del mundo de los fenómenos, hay que volver a ku, a nada, a zazen. A partir de zazen, otros fenómenos pueden  aparecer. Podéis crear otros fenómenos, crear vuestra propia vida, dejar de ser como fantasmas. Os podéis adaptar a todas las circunstancia. Es necesario partir de vuestro propio punto de gran estabilidad.

La enseñanza del tenzo, es desarrollar vuestra propia creatividad. No vale la pena seguir a los otros. Según la situación, según las circunstancias, podéis encontrar siempre el verdadero frescor.

Dogen dice en el Genjo Koan: “Conocerse a si mismo es olvidarse de si mismo. Olvidarse de si mismo, es ser certificado por todos los fenómenos.” Ser certificado por todos los fenómenos, es abandonar el propio cuerpo y espíritu, y también el cuerpo y el espíritu de los otros. 

 Continuará...  

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