Kusen de Étienne Zeisler sobre el "Tenzo Kyokun" del Maestro Dogen [7/..]

KUSEN

 (enseñanza oral durante zazen)

"TENZO KYOKUN"

del

Maestro DOGEN

Comentarios de Ètienne Zeisler


 [7/..] 

30 de julio 1986 (20h30)

Las personas que quieren seguir una práctica religiosa, la mayor parte del tiempo son muy complicadas. Kodo Sawaki decía: “La mayoría de las personas que hacen zazen están un poco locas” Así pues, no equivocarse sobre la enseñanza es muy importante. Con el tiempo, en la mayoría de las religiones, el objeto real desaparece. No queda más que la imaginación, el éxtasis, el estudio intelectual, las categorías, los “ismos”. Esta cosa real, es zazen. Solamente zazen es importante. Todo el resto es decoración. Se olvida el punto fundamental, esencial. El punto fundamental, es la práctica de la cosa real. Es el motivo del Tenzo Kyokun.

Continuo. El Zennen Shingi dice: “Dirigid toda vuestra atención en la preparación de la comida. Si observáis cada uno de vuestros aspectos, estos se volverán naturalmente exactos”. Si os concentráis sobre vuestra postura, entráis el mentón, empujáis la tierra con vuestras rodillas, el cielo con la cabeza, las orejas sobre el mismo plano que los hombros, la nariz en la vertical del ombligo, si estiráis los riñones, relajáis los hombros, naturalmente vuestra postura se vuelve la de Buda. Vuestra postura se vuelve la postura de zazen. Zazen en si mismo es satori. Zazen no es un medio. Zazen es el espíritu infinito, ilimitado. Inconscientemente, nuestro espíritu se armoniza con el sistema cósmico. Vuestra conciencia no puede percibir más que la postura. No debemos olvidar la cosa real,  22 sino nuestra meditación no se vuelve otra cosa que imaginación, un sueño.

“Debéis poner atención tirando el agua de lavar el arroz. En otra época se filtraba antes de tirarla. Cuando esto se ha hecho, lavad el arroz y colocadlo en una cacerola. Tened cuidado que no caiga un ratón dentro por estar despistados. Bajo ninguna circunstancia permitáis a nadie estar por la cocina y tocarlo todo con sus dedos, o meter las narices en la olla”.

La gente siempre habla, sueña siempre porque han olvidado el objeto real, la cosa real. Toda la civilización está en crisis, el hombre corre tras las sombras, tras los fantasmas: el dinero, el sexo, los honores y al final...paf...muere. Toda su vida se mecido a voluntad de los deseos, a voluntad de las ilusiones. Un viejo proverbio japonés dice: “En estas circunstancias, el demonio ha jugado con el hombre como el gato con el ratón”.

Por esto, no dejéis caer un ratón en el arroz. Sin duda en el siglo XIII debía haber muchos ratones en la cocina. No dejéis que nadie moleste en la cocina.

La posición de las manos es muy importante. La posición más alta, es Hokaijoin, la posición de las manos en zazen. Las manos influencian directamente el cerebro, nuestra conciencia. ¿Cómo utilizar nuestro cuerpo? Zazen es la posición más alta. La posición de Dios, de Buda. Solamente, vosotros mismos podéis comprender. Es la verdadera cosa real, activa, dinámica, fresca.

“Preparad las legumbres que serán utilizadas para el desayuno. Al mismo tiempo, lavad el arroz y supervisad la sopa de la comida. Lavad la cacerola y el pote de la sopa concienzudamente. Ordenad las cosas en su lugar natural. Las que van en un lugar elevado, ponedlas en alto, las que 23 van en un lugar inferior, ponedlas abajo. Colocad todo en el lugar de su más alta estabilidad. Lo alto en lo alto, lo bajo en lo bajo”.

Un día, Issan confeccionó una cesta para el arroz. Yakusan, señalando la antigua cesta y la nueva, le dijo: “Esta es pequeña, esta otra es grande, ¿no?”

Issan respondió:

- Podemos medir la capacidad con el agua.

Yakusan dijo: 

- No podemos depender del agua para establecer una norma. Lo que es pequeño es pequeño, lo que es grande es grande.

No debemos juzgar con nuestras propias categorías. Las categorías son fluctuantes, móviles, inestables. Para un átomo un mosquito es enorme. Pero el mosquito es insignificante en relación a una ballena. En relación a la tierra, la ballena es muy pequeña, y la tierra es minúscula en relación a la galaxia. En la Vía Láctea, los planetas son insignificantes.

No se puede establecer ninguna norma para decidir lo que es grande o lo que es pequeño. Daishin, el espíritu infinito, es detener las comparaciones.

El espíritu científico, intelectual, siempre quiere probar. Probar es utilizar la norma. Para lo que se refiere a la cosa real, probar no es suficiente. El Maestro Dogen dice: certificar.

Estudiar el budismo es estudiarse a si mismo, estudiarse a si mismo, es ser certificado por todos los fenómenos, todas las circunstancias de nuestra vida. Todos los reencuentros de nuestra existencia, se vuelven ellos mismos zazen, se vuelven la verdad más elevada.

Las legumbres, la comida de mañana, el arroz. Los lugares altos o bajos son los lugares de la más alta estabilidad.

En este dojo hay muchas posturas de zazen. Hay zazenes jóvenes, zazenes viejos, zazenes mujeres, zazenes hombres...Zazenes que sueñan, zazenes obsesos sexuales, muchos, muchos...Sin embargo, en el dojo, todo el mundo es parecido. Tanto los debutantes como los antiguos. Los que están en pantalón corto, como los que llevan kolomo. Únicamente vosotros mismos podéis comprender que lo que es alto es alto, y lo que es bajo es bajo.

El verdadero Zen, la verdadera religión, no está limitada por las categorías, como el cuerpo y el espíritu, lo religioso o lo profano. Si se practica zazen, nuestro cuerpo y nuestro espíritu no están limitados, y la verdad existe en cualquier lugar y en cualquier época. Por ejemplo en Shoji, Dogen dice: “Olvidad vuestro cuerpo y vuestro espíritu, y precipitad vuestra vida en la dimensión más elevada, en el lugar de Buda. Vuestra vida debe ser transformada a partir de la dimensión más elevada. No os apoyéis sobre vuestras categorías, vuestras capacidades físicas o mentales. En este momento, podréis encontrar la libertad verdadera.

No os dejéis arrastrar por los conflictos de vuestras emociones o de vuestra conciencia. Evitad hacer el mal y no estéis atados ni a la vida ni a la muerte. Tened compasión hacia los seres sensibles; respetad a los que os son superiores, y tened simpatía por los que os son inferiores. No tengáis ninguna avidez. Es lo que se llama Buda, no busquéis a Buda en el exterior”.

Cuando se oye: “tened simpatía por los que os son inferiores, y respetuosos por los que os son superiores”, se puede pensar que es moral. Dogen es un aristócrata del siglo XIII, quizás quiere 25 decir que hay que respetar a los poderosos y tener compasión por los pobres, o respetar a los que son ricos, y ser paternal con los pobres.

Es lo mismo en el Tenzo Kyokun: “colocad en alto lo que debe ocupar un lugar elevado, y colocad abajo los que pertenece a un lugar inferior”.

A menudo la gente pregunta: ¿Hacer zazen está bien, pero como ayudar a los que sufren en este mundo?. ”Colocad cada cosa en su sitio” dice Dogen. Durante zazen aparecen muchos pensamientos en nuestro espíritu. ¿Qué es superior o inferior?, ¿bueno o malo? Nuestro cerebro crea muchas categorías. No os dejéis arrastrar por las disputas, por las oposiciones, por las contradicciones de nuestra existencia, de vuestros pensamientos. “¿Cómo podría ser útil? ¿Cómo escoger?” Las personas siempre piensan así, como si existiese un lugar, un rincón separado de si mismo, donde habría que meter el cuerpo y el espíritu.

En el zen no hay refugio particular, lugar especial, fuera de nuestra vida. Por esto Dogen dice: “Arrojad vuestra vida en el lugar de Buda”. Este lugar no esta separado de nosotros mismos. Zazen no es una postura particular. Y el trabajo del tenzo no es una actividad especial. No os equivoquéis en este punto. Un loco se ve como otro, pero un hombre sabio ve a los otros como a él mismo. Un loco se ve hombre de negocios, ministro, pobre o rico, etc... Sin duda todas estas cosas existen. No es posible ignorar la sociedad. Pero nuestro espíritu no bebe inflamarse por ellas. No debemos ignorar la historia, las clases, y todas esas cosas, pero nuestro espíritu no debe ser arrastrado por esto. Es como mirarse en un espejo. El reflejo soy yo, y yo no soy el reflejo. El verdadero Zen, el verdadero yo, es nuestra dimensión más elevada, el lugar de Buda.

Si se hace zazen, nuestro espíritu puede volverse completamente calmo, libre de toda avidez. Lo alto es alto, lo bajo es lo bajo. De la misma manera que con nuestro cuerpo de ser humano practicamos zazen, este zazen no será jamás tan profundo como el de Buda, nuestra postura no será jamás tan perfecta, y sin embargo es el mismo zazen. Con nuestro cuerpo de ser humano, nosotros creamos a Buda, es zazen. Si se observa desde el punto de vista de las categorías de lo alto y lo bajo, este zazen es inútil. No sirve para nada, y sin embargo es la verdadera raíz de nuestra naturaleza, de nuestra vida. Si no dejamos pasar los pensamientos, en este momento, las emociones nos arrastran, lo mental. Zazen se vuelve algo opuesto a todas las cosas. Si se deja pasar todo, todas las cosas se vuelven zazen. Se puede crear la verdadera sabiduría en nuestra vida, sin limitación y sin egoísmo. Así pues, Dogen dice: “Esto es Buda, la condición normal, no la busquéis en el exterior”.

 Continuará...  

Entradas populares de este blog

Newsletter de Seikyuji - 19 junio 2020